IGLESIA DOCTRINERA DE TENJO

1.- IDENTIFICACIÓN

DENOMINACIÓN

IGLESIA DOCTRINERA DE TENJO

OTRAS DENOMINACIONES

CAPILLA DE TENJO, TEMPLO DOCTRINERO DE TENJO

CLASIFICACIÓN

ARQUITECTURA

DATOS CRONOLÓGICOS

1603

AUTORÍA

JACOME VIÑASCO

PAÍS

COLOMBIA

DEPARTAMENTO / PROVINCIA / ESTADO

CUNDINAMARCA

LOCALIDAD

TENJO

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2.- GEORREFERENCIACIÓN

Coordenadas Google Maps: 

Latitud: 4.8721817

Longitud: -74.1445391

Imagen aérea vertical / Plano de Localización

3.- DESCRIPCIÓN

PUEBLO DE INDIOS

Hasta la llegada de Diego Gómez de Mena en 1603, los naturales de Tenjo, Songota, Chinga, Chitasuga y Churuaca acudían a la doctrina al pueblo de Tabio, dicho oidor emitirá el auto de población el 8 de abril de ese mismo año. En la reducción practicada por Gómez de Mena se eligieron las tierras de Tenjo como las más idóneas para fijar el asentamiento no solo porque era el lugar que ofrecía mejores condiciones físicas sino también de cercanía entre todos los repartimientos mencionados. El resultado conseguía la agrupación de 350 indios tributarios (80 indios de los repartimientos de Tenjo y Songota, encomendado en Juan de Vera; 43 indios del repartimiento de Chinga, encomendado en Juan de Orejuela; 137 indios de los repartimientos de Chitasuga y Churuaca, encomendado en Cristóbal Gómez y 90 indios del repartimiento de Guangata, encomendado en Juan de Artieda).

Los naturales debían construir sus casas en barrios diferenciados según su lugar de procedencia. En el centro se levantaría la iglesia y delante de ella se delimitaría el espacio cuadrado de la plaza. De sus frentes arrancarían las calles principales que serían anchas y rectas y marcarían la retícula de la traza al estar cruzadas por las vías secundarias:

“… mandava e mando que los caziques, capitanes e yndios y de sus mugeres y familias de los dichos pueblos de Chinga, Chitasuga y Churuaca y Guangata, dejen sus pueblos viejos y se pasen a bivir y juntar y se pueblen en el sitio y pueblo de Tenjo y Songota por barrios y calles, con distinçión de cada pueblo, señalando ante todas cosas el sitio para la yglesia, la qual se a de hazer a costa de los encomenderos, deçente y capaz para todos, de piedra y teja, dejando una plaza quadrada, recojiéndose los dichos yndios de Tenjo y Songota y reformando sus casas, señalando a los de los otros pueblos la tierra nesçesaria para su casa y bivienda, solar y labrada, procurando que los buhíos estén algo apartados por su orden y calles, las quales sean anchas y derechas…”.

El solar para el templo sería el primero en señalarse, su construcción (de piedra y teja) la costearían los encomenderos en función de los indios tributarios con los que contaban. Los costes de la conformación y edificación del pueblo también serían asumidos por los encomenderos con el dinero procedente de los naturales. El sacerdote se instalaría permanentemente en el pueblo de Tenjo para atender todas las cuestiones relativas a la conversión y evangelización del indio.

Seguidamente el oidor se dispone a confirmar las tierras de resguardo que entre los años 1593 y 1594 les señalara el visitador Miguel de Ibarra. Se nombra como poblador a Alonso de Espinosa quien en el plazo de 50 días debía conformar íntegramente el pueblo. Por su trabajo percibiría de salario diario 2 pesos de oro de trece quilates. La totalidad del dinero se le abonaría al término de sus servicios y previa presentación de un certificado donde constara la veracidad de su cumplimiento (Romero-Sánchez, 2012, p. 106).

DOTACIÓN ARQUITECTÓNICA

El concierto para las obras se efectúa con el oficial albañil Alonso Hernández firmándose el documento contractual el 7 de mayo de 1603 en la ciudad de Santa Fe. Hernández debía levantar el edificio en el plazo de dos años y el presupuesto se fijaría en 1.200 pesos de oro de trece quilates que se cobraría por el sistema de tercios. La traza y condiciones con las que se otorgó la escritura del contrato fueron las siguientes:

- La iglesia debía medir 50 varas de longitud por 9 de anchura por su cara interna. Las zanjas se abrirían de una vara y media de anchura y se profundizarían hasta dar con el terreno portante. Los cimientos se realizarían de piedra apisonada y ascenderían hasta quedar un pie por debajo de la superficie de la tierra, desde donde se comenzarían a levantar las paredes de una vara de grueso en toda su longitud.

- La iglesia estaría reforzada con 10 estribos, cinco a cada lado. Estos contrafuertes se comenzarían a conformar junto con los cimientos y ascenderían hasta quedar a tres cuartas de la altura general de las paredes. La nave de la iglesia estaría separada de la cabecera mediante la incorporación de un arco toral.

- Los estribos se levantarían de ladrillo, piedra y cal, y los cimientos existentes entre las rafas de los edificios se ejecutarían también con estos mismos materiales. La trabazón de la obra sería de dos ladrillos por los lados que superase una vara de longitud y de uno cuando no se sobrepasara esta cifra.

- La altura general del templo sería de 6 varas desde la superficie de la tierra, construyéndose la primera de estas varas de mampostería en todo el perímetro de la obra. Entre las rafas se debían disponer tres hiladas de ladrillo que conformarían el espacio destinado a las tapias de tierra. La capilla mayor presentaría testero plano y en uno de sus laterales se levantaría la sacristía. Esta dependencia mediría por su cara interna 16 pies cuadrados, sin contar el grueso de las paredes que estarían reforzadas por las esquinas de ladrillo y piedra. La puerta de ingreso a la sacristía se realizaría de madera clavadiza y en sus muros se abriría una ventana.

- En la nave se abriría cuatro ventanas y dos portadas de acceso al templo, una ubicada en uno de los laterales y la principal a los pies. La portada lateral debía conformarse de ladrillo y se remataría exteriormente por una cornisa. Por su parte, la portada principal se remataría por un arco de medio punto con su respectiva cornisa y presentaría basas de ladrillo y umbral de piedra. Sobre esta portada se alzaría un muro de mampostería que ascendería por encima del tejado para conformar el cuerpo de campanas de tres ojos que también estaría protegidas mediante la incorporación de una cornisa. La iglesia se debía encañar y tejar y en el exterior se realizaría un alero de tres ladrillos de cuadrado para evacuar las aguas de la lluvia.

- En el interior de la capilla mayor se alzaría una grada de tres escalones sobre la que descansaría el altar mayor. El conjunto se completaría con la ubicación de otros dos altares colaterales con sus  respectivas gradas y la construcción de un poyo corrido en su perímetro.

- Se le facilitarían a Alonso Hernández los materiales y despojos que se derivaran de la demolición de las iglesias viejas de Tenjo, Chitasuga, Chinga y Guangata.

- La armadura que cubriría el conjunto, como venía siendo habitual, debía conformarse con varas toscas y contar con la incorporación de nudillos de refuerzo para la estructura. Los tirantes serían pareados y se distanciarían unos de otros 10 pies, éstos descansarían sobre los canecillos. Tanto los tirantes como los canes irían labrados. En el interior del templo se acotaría un espacio destinado a funcionar como capilla bautismal. Este lugar estaría diferenciado físicamente por la incorporación de una reja de madera y protegería dos pilas de piedra, una para agua bendita y otra empleada en la celebración de este sacramento.

- Al cuerpo de la iglesia se le añadiría el soportal de dos varas cada estribo delante de la puerta principal, debiendo estar encalado.

Con el paso de los años y por orden el Alonso Henández la construcción del templo doctrinero de Tenjo quedaría a cargo de Jacome Viñasco. Una vez concluidas las obras este constructor solicitaría a las autoridades de la Real Audiencia que enviaran a oficiales peritos para efectuar las comprobaciones pertinentes. Viñasco exponía que además del cumplimiento íntegro de las condiciones del contrato había  practicado algunas demasías en la iglesia para que quedara perfecta, es por ello, que solicita que se le tasaran estos aumentos y se diera orden para que le libraran el último tercio de las demoras de los naturales prorrateadas entre los encomenderos. En cumplimiento a su petición, los oficiales reales enviarían a los alarifes Cristóbal Serrano y Matías de Santiago. Ambos vieron la obra el 4 de julio de 1637 y dos o tres días más tarde se personaron ante el escribano real Fabián Murillo para levantar acta de sus inspecciones. Al comprobar el estado de los cimientos resolvieron que estaban muy bien conformados con piedra, cal y arena y cumplían con lo estipulado por contrato, excepto en el hecho de que le faltaba media vara de hueco. Tras medir la longitud de la nave de la iglesia, la capilla mayor y el portal pusieron de relieve que el templo tenía 4 varas y ¾ más de lo estipulado. Los alarifes informan que el motivo de alargar el templo vino por petición directa de los caciques y capitanes, para favorecer la cabida de todos los indios agregados en el pueblo, que para las fechas del inicio de las obras eran muy numerosos. El cuerpo de la iglesia medía media vara más de lo establecido al igual que la capilla mayor, lo que propiciaba un mayor desahogo al edificio, resultando ser más perfecta y proporcionada, toda esta obra estaba realizada de mampostería, piedra, cal y ladrillo. Los nueve estribos construidos estaban muy bien trabados y conformes con la descripción del contrato. Ahora bien, para fortalecer aún más el edificio se hizo necesario meter 5 rafas de piedra, cal y ladrillo entre los estribos, resultando ser una obra necesaria para la fortaleza de la estructura y que se debía tener en cuenta como demasía.

Es muy interesante resaltar que aunque por escritura se estableció que en el espacio de la nave se acotara una zona para capilla bautismal, se resolvió construir una capilla en uno de los laterales de la fachada principal y anexarla al cuerpo de la iglesia. Este puede ser el motivo por el que los alarifes hablan de la construcción de nueve estribos en lugar de los diez proyectados, pudiendo estar el décimo embutido en el lienzo de pared del baptisterio.

En el Archivo Parroquial de Tenjo se conserva un buen número de documentos que nos permiten aproximarnos a la evolución del templo doctrinero de este pueblo desde finales del siglo XVII hasta la entrada del siglo XIX, sobre todo a través de las visitas pastorales. El arquitecto Carlos Arbeláez, en un estudio monográfico que se publicó en la Revista Apuntes del Instituto de Investigaciones Estéticas de Bogotá, analiza el devenir histórico de esta iglesia con el paso del tiempo valiéndose de sus investigaciones en este Archivo. De la documentación se extrae que el templo sufrió algunas intervenciones estructurales a finales del siglo XVII, ya que “Siendo Cura Ecónomo Doctor don Joseph Ygnacio de Guzmán y Solanilla se reedificó en esta Santa Iglesia y se agrandó a la sacristía una pieza, y se hicieron gradas en el altar mayor…”. En 1696 se efectuaron algunas intervenciones en el altar mayor y se reparó el tejado ya que la humedad afectaba la zona del presbiterio.

En 1744 fray Diego Fermín de Vergara, arzobispo del Nuevo Reino de Granada, efectuó una nueva visita pastoral al templo de Tenjo. En la documentación que se generó tras la inspección se hizo hincapié en la antigüedad del templo y en necesidad de proceder a reparar y consolidar el edificio como consecuencia de un temblor de tierra que azotó la región. Además, se menciona la ruina de las capillas colaterales de la iglesia y la necesidad de reedificar el cuerpo de campanas. La espadaña probablemente estuviese edificada sobre el caballete del tejado proponiéndose ahora su construcción en uno de los laterales de la fachada principal del templo.

No se conservan documentos que nos hablen directamente de la construcción de las capillas posas en la plaza de Tenjo, sin embargo, en el Archivo Parroquial de Tenjo se conserva un legajo que nos confirma su existencia como parte integrante del programa arquitectónico evangelizador. Este documento fue analizado por los investigadores Carlos Arbeláez Camacho y Santiago Sebastián López.

Hacia 1870 el arzobispo de Bogotá, don Vicente Arbeláez, visita el pueblo de Tenjo. En sus conclusiones expone que la iglesia resultaba pequeña para dar cobijo al elevado número de habitantes de él, por lo que, propone agrandar el edificio añadiéndole dos naves a los lados, a las que debía incorporar cuatro ventanas en cada lateral. Además, recomienda elevar la estructura del presbiterio en un intento, suponemos, de otorgarle mayor proporción al edificio. Afortunadamente, esta orden no se ejecutó, lo que ha permitido que el templo conservara su imagen original de templo doctrinero. A principios del siglo XX se aprobó la construcción de un nuevo templo en el pueblo de Tenjo, justo al lado de la iglesia que en sus orígenes fue de doctrina. Este nuevo edificio es de mayores dimensiones que el analizado y responde al estilo neogótico. Sin duda, la construcción de esta iglesia afectó a la imagen del pueblo y deterioró la estética del conjunto arquitectónico.

Pero, a pesar de todo ello y a diferencia de los que ocurría en otras poblaciones, se respetó la integridad del antiguo templo impidiéndose su derribo, lo que ha permitido que se conserve en la actualidad.

A principios del siglo XIX la fachada de la iglesia doctrinera de Tenjo se reformó completamente derribándose, para ello, la espadaña que la coronaba. En su lugar, se decidió levantar una torre-campanario de cuatro cuerpos más el remate superior dispuesto en forma de cúpula bulbosa hexagonal sobre un tambor circular. El primer cuerpo de la torre es ciego, el segundo (que sube aproximadamente hasta la línea de enrase de las paredes) presenta tres ventanas rectangulares rematadas en un arco de medio punto. En los dos cuerpos restantes se repite la decoración del segundo piso aunque las dimensiones de las ventanas van en aumento en correspondencia con su mayor altura. En el último cuerpo se disponen las campanas. La fachada principal es muy sencilla y se dispone en dos registros. El cuerpo inferior lo conforma una portada rematada con un arco de medio punto y enmarcada por dobles pilastras que ascienden hasta la línea de la cornisa. El segundo repite la decoración aunque en menor proporción, ajustándose al espacio creado por el tejado a dos aguas que lo cubre. Ahora bien, salvo estos dos elementos el resto del edificio es prácticamente el construido en el siglo XVII. Consta de una nave única separada mediante un arco toral de la cabecera del templo. A los pies y en su lateral izquierdo se ubica una pequeña dependencia que hace las veces de baptisterio. La capilla mayor se eleva con respecto al cuerpo, lo que contribuye a marcar aún más la diferenciación espacial existente entre estos dos ámbitos. La cabecera se completa con la construcción de la sacristía en correspondencia con la capilla bautismal. Del exterior debemos la existencia de una serie de estribos cuadrados que se corresponden, en su mayor parte, con la descripción que sobre ellos se hace en el documento contractual.

El edificio se completa con la colocación de una armadura de varas toscas que conforman una estructura de par y nudillo con parejas de tirantes dispuestos sobre canes. En el espacio de la capilla mayor se enriquece la estructura con la adición de un tercer faldón a la armadura y la incorporación de dos cuadrantes. Debemos destacar la existencia de un coro dispuesto sobre la portada principal, a los pies de la nave.

TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS Y MATERIALES

Iglesia de mampostería cubierta con una armadura de par y nudillo rematada con tejas.

Mampostería, ladrillo, piedra, madera y cal.

Nivel de protección

BIEN DE INTERÉS CULTURAL

Estado de conservación

Bueno.

Observaciones

4.- FUENTES DE INFORMACIÓN

4.1. BIBLIOGRAFÍA

ARBELÁEZ CAMACHO, Carlos: «El templo parroquial de Tenjo». Apuntes (Bogotá), 1 (noviembre de 1967), Año I, págs. 64-87.

ARBELÁEZ CAMACHO, Carlos y SEBASTIÁN LÓPEZ, Santiago. Historia Extensa de Colombia. Volumen XX. Las Artes en Colombia. Tomo IV. La Arquitectura Colonial. Bogotá (Colombia): Ediciones Lerner, 1967, pág. 245.

AA.VV. “1963-1983: Veinte años del Instituto de Investigaciones Estéticas”. Apuntes (Bogotá), 20 (agosto de 1983), Año XVII, pág. 7.

ROMERO-SÁNCHEZ, Guadalupe. Los pueblos de indios en Nueva Granada. Granada: Editorial Atrio y Universidad Nacional de Colombia, 2010a.

ROMERO‐SÁNCHEZ, Guadalupe. Iglesias doctrineras y trazas urbanas en Nueva Granada. Granada: Editorial de la Universidad, 2012, pp. 106 y 855.

4.2.- DOCUMENTACIÓN

A.G.N. de Colombia. Sección Colonia. Fondo Visitas Cundinamarca. Tomo 6. Rollo 44. Folios: 88r-89r.

A.G.N. de Colombia. Sección Colonia. Fondo Visitas Cundinamarca. Tomo 6. Rollo 44. Folios: 14r-14v.

A.G.N. de Colombia. Sección Colonia. Fondo Fábrica de Iglesias. Tomo 5. Rollo 5. Folio: 760v-764r.

Archivo Parroquial de Tenjo, Libro de 1744, folios: 240 y 244.

Libro de la Cofradía de Nro. Amo de los Yndios de este Pueblo de Tenlo. Año de 1778 (Archivo Parroquial de Tenjo), folio: 67v-68r.

4.3.- OTRAS FUENTES (crónicas, anales, etc)

AUTOR/A DE LA FICHA

GUADALUPE ROMERO-SÁNCHEZ