PARROQUIA DE SAN JERÓNIMO

1.- IDENTIFICACIÓN

DENOMINACIÓN

PARROQUIA DE SAN JERÓNIMO

OTRAS DENOMINACIONES

IGLESIA DE SAN JERÓNIMO

CLASIFICACIÓN

ARQUITECTURA

DATOS CRONOLÓGICOS

FINES DEL SIGLO XVI

AUTORÍA

ANÓNIMO

PAÍS

PERÚ

DEPARTAMENTO / PROVINCIA / ESTADO

CUZCO

LOCALIDAD

CUZCO

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2.- GEORREFERENCIACIÓN

Coordenadas Google Maps: 

Latitud: -13.5520509

Longitud: -71.8813133

Imagen aérea vertical / Plano de Localización

3.- DESCRIPCIÓN

PUEBLO DE INDIOS

El pueblo de San Jerónimo se localiza en las cercanías de la ciudad de Cusco, a unos diez kilómetros hacia el sur. Su templo se emplaza en un lugar preferente, situado en el terreno más elevado enfrentado a una gran plaza alrededor de la cual se pobló a los naturales sujetos a esta doctrina. La gran escalinata de acceso conforma un atrio presidido por una gran cruz de piedra que probablemente data de la fecha fundacional que desconocemos, aunque el conjunto podemos situarlo a fines del siglo XVI.

DOTACIÓN ARQUITECTÓNICA

Su arquitectura obedece a la tipología de iglesia de evangelización propia de esta zona geográfica, de construcción sencilla, nave única a la que se abrieron diferentes espacios que funcionan como capillas o sacristías. Hacia el exterior presenta una portada, situada a los pies del templo, de fuerte influencia renacentista, ampliando la línea del testero se dispone una galería porticada de dos cuerpos, la zona inferior conformada por tres arcos de medio punto y la superior por seis, dando forma a un balcón que haría las veces de capilla abierta. Es un esquema composicional típico para la región andina, fachadas parecidas conocemos, por ejemplo, en Urcos, Andahuaylillas, Oropesa o Colquepata. Completa el conjunto una espadaña de tres ojos levantada en el lateral izquierdo siguiendo la línea de fachada, quedando, por tanto, retrotraído de la galería. Esta estructura cuenta como elemento más señero un contrafuerte central que se eleva hasta la línea de campanas.

Su interior debió ser bastante sencillo sobre todo en las primeras décadas de funcionamiento del templo doctrinero, no obstante, con el paso del tiempo la iglesia se fue equipando de todo lo necesario para la liturgia y ornato. Esto fue posible, como era habitual, gracias a la iniciativa de los curas destinados en los pueblos de naturales que administraban, con ayuda de los mayordomos, los escasos ingresos de los que se disponía, a la merced de las autoridades eclesiásticas o políticas que a veces donaban objetos textiles o de otra naturaleza al templo, o como consecuencia de la puesta en funcionamiento de las cofradías de los indígenas ubicadas habitualmente en las capillas o altares colaterales[ii], las cuales llevaban parejo no solo la adquisición de su imagen titular y de las andas y otros bienes asociados, sino también en muchas ocasiones, la compra o financiación de otras obras o bienes, actuando estas agrupaciones o sus representantes de “mecenas” de su templo.

Hacia 1740, a pesar de seguir siendo una iglesia bastante modesta, el templo se hallaba bien equipado. En este año, por orden del obispo Juan de Sarricolea y Olea, el padre fray Manuel de Sarmiento, cura de San Jerónimo, hace una revisión del inventario de sus bienes en la cual se incluye una descripción bastante detallada del edificio que resulta de enorme interés. Así podemos saber que la iglesia medía 70 varas de longitud desde el altar mayor a la puerta del atrio teniendo 13 varas de ancho. Estaba cubierta de madera y contaba con tirantes de refuerzo, estaba blanqueada por dentro y pintada con sobrepuestos de pasta dorada y otras molduras decorativas. A ella se accedía a través de tres puertas de ingreso, la principal a los pies y dos colaterales.

En el altar mayor había un retablo nuevo de cedro y sobredorado, constaba de tres cuerpos con cuatro columnas salomónicas, repisas y sotabancos. En el primero se encontraba el sagrario de puertas redondas con chapa y llave, a los lados dos bultos en sus nichos de Santo Domingo y de San Francisco y en su coronación una escultura de Santo Tomás. En el segundo cuerpo, en el centro una estatua de la Purísima Virgen y a los laterales dos lienzos de una vara y media de San Juan Bautista y San Ignacio. En el cuerpo superior, en posición central el bulto del patrón San Jerónimo y a los lados los lienzos de San José y San Juan de Dios. Remataba el conjunto una coronación del Padre Eterno de medio y alto relieve acompañado de dos ángeles, con los cuatro evangelistas de bulto redondo.

El púlpito era de madera sobredorada y estaba rematado por la figura de San Vicente Ferrer. El templo contaba con un baptisterio cuyas paredes estaban pintadas con los Doce Apóstoles. A los pies “…el coro alto con sus rexas, una a la parte de la yglesia y la otra que cae a la plaza, que está a modo de corredor que estriban sobre tres arcos bolados de piedra en sus colunas, y en el coro baxo una sillería de madera llana con quatro confesionarios y dos pilas de piedra con sus pedestales y baza del agua bendita”.

En el cuerpo del templo había ocho capillas con sus altares e imágenes titulares, aunque en la relación solo se mencionan siete. En el lado del Evangelio se localizaba San Pedro, San Bartolomé y San Juan Bautista. En el de la Epístola Nuestra Señora de la Asunción, Nuestra Señora del Rosario, la Veracruz y Nuestra Señora de la Soledad. Fuera de estas capillas se contabilizaban cuatro tallas de San Jerónimo, el Niño “Ynga” del Santo Cristo y un Jesús Nazareno. En estos altares, además de los bultos de Nuestra Señora de la Asunción, de Nuestra Señora del Rosario y de la Virgen de la Soledad, donde se encontraban diferentes esculturas, entre ellas también dedicadas a Santa Bárbara, Santa Isabel, San Sebastián y también a Santa Rosa.

Debemos advertir que en las visitas realizadas por los obispos al territorio se dictaban órdenes que establecían la prioridad a la hora de invertir los recursos del templo y que debían cumplir los padres de doctrina, así se especificaba la urgencia por la compra o arreglo de textiles o platería, la urgencia en la composición o dorado de un retablo o la necesidad de reparo de un tejado o la apertura de ventanas, por poner algunos ejemplos. Por otro lado, los ingresos solían provenir de la venta del maíz o el trigo que producían las chacras de la iglesia, de los derechos de casamientos o sepulturas o de las aportaciones obligatorias de los mayordomos, entre otras partidas menores.

TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS Y MATERIALES

Nivel de protección

Estado de conservación

Observaciones

4.- FUENTES DE INFORMACIÓN

4.1. BIBLIOGRAFÍA

 

4.2.- DOCUMENTACIÓN

4.3.- OTRAS FUENTES (crónicas, anales, etc)

AUTOR/A DE LA FICHA

EWA KUBIAK Y GUADALUPE ROMERO SÁNCHEZ