El 2 de agosto de 1600 se firma entre otros el contrato para la construcción del templo doctrinero del pueblo de Suesca. Luis Henríquez se concierta en esta ocasión con el albañil Juan de Robles, aunque la traza y condiciones estipuladas para la construcción son prácticamente las mismas que las emitidas para el levantamiento de otros templos circunvecinos. La iglesia la debía costear el encomendero Francisco Beltrán Caicedo de las demoras de los indios, mediante prorrateo con su homónimo de cargo Luis Vernal conforme a los naturales tributarios que cada uno de ellos tuviera.
Esto se debe a que en el pueblo de Suesca se había ordenado agregar a los naturales de Sesquile y de Gacheraca, los cuales debían construir sus viviendas y permanecer allí, por tanto, su encomendero debía contribuir en la construcción de su iglesia de doctrina.
La iglesia debía medir, por su cara interna, 54 varas de largo por 10 de ancho, y constaría de una única nave separada de la cabecera mediante la incorporación de un arco toral. A los pies se añadiría un soportal abierto en su frente, de dos varas de profundidad, resultado del alargamiento de los muros perimetrales y de la cubierta del templo.
Los cimientos tendrían una anchura de una vara y media y su profundidad dependería del nivel del terreno portante. Se formarían de buena piedra apisonada hasta quedar un pie por debajo de la superficie de la tierra, desde donde se alzarían los muros con una anchura de una vara. Se establece como condición la posibilidad de poder conformar las rafas y cimientos de cal en el caso de que se contara con material abundante y cercano para transportarlo a pie de obra.
En caso contrario los cimientos conformados entre las rafas debía ser de barro. Este condicionante demuestra la moldeabilidad de estos contratos de obras que pueden adaptarse a las circunstancias particulares de cada población y a los materiales autóctonos de cada lugar.
La iglesia debía estar reforzada con 11 estribos, uno de ellos ubicado en el centro del muro testero de la capilla mayor y los otros 10 distribuidos equitativamente por los lados mayores de cada templo. Estos contrafuertes se comenzarían a conformar junto con los cimientos y ascenderían hasta quedar a tres cuartas de la altura general de las paredes. Los estribos irían compasados de tres a tres tapias y tendrían la dimensión de una vara cuadrada, medida que disminuiría conforme se construyeran ya que debían presentar cierto desvío en su frente.
Los estribos se debían levantar de ladrillo, piedra y cal, y los cimientos existentes entre las rafas de los edificios se ejecutarían de piedra y barro. La trabazón de la obra debía ser de dos ladrillos por los lados que superasen una vara de longitud y de uno cuando no se sobrepasara esta cifra.
La altura del edificio vendría a ser de 6 varas. El arranque de los muros debía ser de mampostería de una vara de altura que se formaría desde los cimientos, y sobre él se continuarían las paredes.
Entre las rafas se debían disponer tres hiladas de ladrillo que conformarían el espacio destinado a las tapias de tierra. La cabecera del templo se podría resolver de dos maneras distintas, en el caso en que se hiciese su testero plano se colocaría un estribo en su centro para contrarrestar los empujes, o si, por el contrario, se optara por construirla ochavada se debía situar en cada ochavo un estribo para garantizar la firmeza de la estructura. En el interior de la capilla mayor se realizaría un altar al que se accedería por una grada de tres escalones.
A un lado de la capilla mayor se debía construir una dependencia anexa que serviría de sacristía. A ella se daría acceso por una portada de ladrillo y piedra y casi con toda probabilidad se construiría una ventana que proporcionara luz y ventilación al interior, aunque este último dato no figura en el contrato de obras. Las dimensiones generales serían de 16 pies por lado en su cara interna a lo que se añadiría el grueso de la pared. Se reforzarían estructuralmente sus esquinas con la incorporación de ladrillo y piedra.
En cuanto al espacio de la nave se establece la construcción de 4 ventanas repartidas por el perímetro y el acceso mediante dos portadas de ladrillo y piedra. La principal, ubicada a los pies, estaría cerrada por un arco de medio punto y contaría con la incorporación de basas y un umbral de piedra. El muro de fachada se debía continuar de mampostería unos metros hacia arriba donde se debía conformar una espadaña de tres campanas con su cornisa y remate, posiblemente a modo de frontispicio. En cuanto a la portada lateral se afirma que se debía realizar de ladrillo con su cornisa.
El conjunto del edificio se cubriría con una armadura de vigas toscas, la estructura general respondería al modelo de par y nudillo con tirantes pareados que reforzarían la estructura. Los tirantes debían estar separados por una distancia de 10 pies cada pareja.
En el espacio de la capilla mayor los tirantes irían labrados al igual que los canecillos sobre los que descansarían. En el exterior se realizaría un alero de tres ladrillos de cuadrado para evacuar las aguas de la lluvia. En el perímetro interior de la capilla mayor se dispondría de un poyo corrido. La solería del templo se realizaría de ladrillo. Finalmente se procedería a encalar el edificio tanto interna como externamente. En el interior se debía delimitar un espacio que funcionara como capilla bautismal, en cuyo perímetro se colocaría una reja de madera. En su interior se ubicaría la pila de agua de bautismo, debiéndose realizar otra pila para agua bendita que estaría fuera de este recinto, pero igualmente en el espacio de la nave.
El presupuesto fijado y convenido por ambas partes se eleva a 1.200 pesos de oro de veinte quilates que debía percibir el albañil por el sistema de tercios más habitual en el Nuevo Reino. El plazo concertado para la conclusión de los trabajos será de un año y medio que comenzaba a contarse a partir del 1 de septiembre de 1600.
Finalmente, para garantizar el cumplimiento del contrato Juan de Robles presentará como su fiador a Gonzalo de León Venero, quien se compromete a hacerse cargo de las sentencias y multas derivadas del incumplimiento parcial o total del contrato.
La iglesia de Suesca conserva gran parte de sus elementos que la definieron como templo doctrinero. La fachada se compone de un soportal muy pronunciado enfrentado a la plaza principal, quizás, uno de los pocos elementos que no han conservado sea la espadaña ya que en su lugar se edificó una torre-campanario de base cuadrada y de pequeña altura. La iglesia es de nave única separada mediante arco toral del espacio de la cabecera. Ésta se compone de capilla mayor, a la que se accede a través de una grada, y de dos capillas laterales. A los pies de la nave se alza el coro alto realizado en madera, y en el centro del lateral izquierdo se abre otra portada de acceso al interior.
El conjunto de cubre con una armadura de par y nudillo realizada con varas toscas. Está reforzada con parejas de tirantes que descansan sobre canes. En el espacio se la capilla mayor se añade.
dos cuadrantes que se incorporan al tercer faldón de su armadura.
En la actualidad se han realizado algunas catas en la pared de la iglesia, concretamente en el espacio interior del arco toral, que han puesto de relieve la existencia de pinturas murales en el templo